El cuerpo registra, a través de las palabras, situaciones que no podemos resolver con la mente y quedan fijadas en un bloque informativo el cual se llama dolencia.
La dolencia es una información no elaborada por nuestra mente emocional y fijada en el cuerpo físico como una molestia la cual es un avisador de resolución.
De ahí que el cuerpo empiece a hablar. A medida que vamos cambiando actitudes en la vida, vamos resolviendo a nivel emocional nuestros conflictos, nuestro cuerpo se relaja y es ahí donde la energía empieza a fluir de nuevo y desaparece la dolencia.
Las dolencias no trabajadas pasan a dolores físicos continuos que pueden desencadenar en una enfermedad.
En este libro vamos a dar ejercicios para ir trabajando a nivel emocional las dolencias desde la energía masculina.
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