Cuando nos abrimos a la Calle de la Vida estamos tambaleantes y en este tambalear nos vienen memorias, recuerdos y absurdos que están enredados en nuestro cuerpo y mente como en pelotas que nos llevan a reducir nuestro oxígeno y a quedarnos en cuerpos cerrados y paralizados.
Jugando con los ejercicios de este texto, nos vamos a centrar en la Calle de la Vida, vamos a meter doble oxígeno en nuestro cuerpo que nos ayudará a mover las 3 órbitas (tierra, agua y oxígeno) e iremos rejuveneciendo el cuerpo para dejar este trasportín joven y divino (es lo que llamamos muerte abierta).
Valoraciones
No hay valoraciones aún.